Por Rodrigo Rojas Foncillas. Socio de beside® Consultores.

Durante el mes de junio hablaremos de algunas sugerencias que presento en mi libro “Felicidad Organizacional. Cuando el camino son las personas” (RIL, 2da edición 2023) y que dan cuenta de cómo gestionar el cambio necesario que están viviendo conscientemente o no las empresas. 

Si les parece revisen el artículo anterior publicado donde comento el sobre el propósito, acompañado de la Acción. 
Esta semana hablaremos de gestionar las emociones del camarín organizacional que dirigimos o del que somos parte.

Sabemos que las emociones son estados psicológicos que pueden variar con el tiempo y que son nuestras primeras reacciones a estímulos inmediatos internos o externos que vivimos. También sabemos desde la mirada más conductual que -si tengo una buena relación con los demás- lo más probable es que mis emociones en el trabajo sean más positivas. Y sabemos que cuando empezamos a tener una forma de relacionarnos con el medio (externo, del interno o personal lo dejaremos para más adelante) en forma sistemáticamente positiva, podemos empezar a reconocer que nuestro estado emocional permanente será positivo. Evidentemente dicho en simple. 

Aquí lo relevante es entonces, cómo lo líder entiende su rol y así puede ayudar al equipo, su equipo, a gestionar un estado emocional propio y colectivo positivo la mayor parte del tiempo, de tal forma de tener el soporte y espacio, para sentirse libre de ser quien realmente soy en el trabajo, para tener autonomía para hacer el trabajo y no sentir que tiene que hacerlo en la forma y modo que se lo exigen. Como señala Jenn Lim en su libro Beyond Happiness, para obtener lo mejor de los demás los líderes comprenden que tienen que entregar lo mejor de ellos mismos. Cuando la vulnerabilidad y la palabra amor está en el vocabulario de los líderes empezamos a comprender (y las personas del equipo lo hacen casi instantáneamente) que el líder realmente quiere estar con ellos y trabajar para ellos. Yo no al revés.

Como he señalado muchas veces: “No se puede dar lo que no se tiene”. Cuidar a los demás, como parte del liderazgo efectivo, también implica partir cuidándose a uno mismo. 

El líder -como articulador de espacios emocionales- tiene que asegurar que el equipo trabaja para un propósito compartido y común donde todos están alineados con asegurar resultados. 

Por su parte Kouzes y Posner en su libro El desafío del Liderazgo, señalan que limitar el modelo de liderazgo a los equipos más cercanos al líder restringe, notablemente, el alcance y velocidad de impacto que se puede tener como líder. 

Invitar a las personas a hacerse cargo entonces, no solo es un rol trascendente del líder, sino que este puede ser bien soportado por las comunicaciones. Todos podemos liderar si se nos entrega esta facultad y posibilidad en los espacios en los que trabajamos.

En Beside® Consultores te ayudamos a aprender a cómo liderar y gestionar las emociones de tu equipo. Conoce más de nuestro equipo y nuestros servicios haciendo click AQUÍ.

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