¿Qué son los “verbos cardiosaludables en la gestión”? Son aquellos verbos que generan emoción en los procesos de gestión; como respetar, comunicar, reconocer, felicitar, motivar, y colaborar, entre otros., y que provocan en quienes los escuchan un estado emocional positivo.

Esta es la primera referencia que hace José Manuel Casado, (Distinguished Clinical Professor de IE Business School y socio de 2.C Consulting), autor de este artículo para la revista Harvard Deusto, para mostrar cómo las emociones han ido ganando importancia en las empresas, y que la ciencia ha demostrado que el hombre, por encima de todo, es un ser emocional y no racional, como muchos sostienen y algunas empresas aún ignoran.

Haciendo un repaso de las más prestigiosas investigaciones y autores, Casado va incluso más allá relacionando la inteligencia emocional con el cociente del éxito: 

“Sin hacer una revisión exhaustiva de los padres y precursores de la inteligencia emocional, como son el propio Goleman, Salovey, Mayer o David McClelland, que ya en 1973 establecía una diferencia entre inteligencia emocional y competencia emocional, sí cabe destacar que  hay investigaciones que vinculan ese tipo de inteligencia con el cociente de éxito, en donde un 23% se debe a nuestras capacidades intelectuales y en un 77% a las emocionales”, explica.

El autor explica que cuando hablamos de inteligencia emocional, nos referimos a la capacidad de sentir, entender, controlar y modificar los estados emocionales de uno mismo y de los demás; lo que viene a hacer referencia a la capacidad de percibir las emociones, entenderlas, usarlas y gestionarlas de manera equilibrada.

¿Y cómo logramos gestionarlas de manera adecuada?

Para Casado, es un tema de aprendizaje, lo que se ha visto reflejado en que más organizaciones lo incluyen como parte de sus programas de desarrollo:

“Un ejemplo es Google: que a fin de promover la innovación, deja que sus ingenieros dediquen el 20% de su tiempo a proyectos distintos a sus áreas principales de trabajo”, comenta.

MÁS EMOCIÓN Y MENOS RAZÓN

El mismo autor reflexiona que en un mundo racional como es el de las empresas, debemos comenzar a pensar más en la gestión de las emociones:

“En estos momentos, estamos obligados a pensar en cómo crear un contexto emocional. Ello significa tratar a nuestra gente como “estrellas” y hacerles sentir emociones positivas, como, por ejemplo, hacerles sonreír. Debemos ser capaces de entender que lo que verdaderamente importa a la gente son sus sentimientos, emociones y sus familias”, explica.

Según Casado, existirían 4 formas básicas de relacionarnos con las personas en el trabajo:

  • Cuando se apela a la razón (relacionado con la lógica y la estructura).
  • Al afecto (corazón y amor)
  • A la intuición (apreciación afectiva más situada en la zona de nuestro diafragma).
  • Y al deseo (abdominal, corresponde a la excitación, a la sensualidad y al instinto).

Explica que hasta hace muy poco tiempo, los programas empresariales se regían por paradigmas acuñados desde el tiempo del protestantismo valorándose el trabajo, el ahorro y también el celibato. Sin embargo, actualmente las organizaciones deberían entender que somos más emoción que razón:

“La única forma de obtener auténticos beneficios es atraer la parte emocional de clientes y empleados, movidos por los sentimientos e imaginación, y no tanto por la razón. Todo fluye mejor cuando nuestro cuerpo se mueve al son de la música, y lo pasamos bien. Y eso es lo que debe entregarnos el trabajo: poner una música de gestión que haga que nuestra gente sienta emoción; ya que la emoción es al trabajo lo que la música al baile. Porque, trabajar sin emoción es como bailar sin música” concluye Casado.

En Beside® sabemos que las emociones no sólo son importantes en una organización, sino que también deben ser gestionadas de tal forma que se pueda desarrollar una cultura próspera en la que todos puedan crecer y disfrutar de su trabajo.

Te invitamos a descubrir cómo puedes gestionar las emociones de tus colaboradores en beneficio de la organización en su conjunto.

Conversemos…